Maquillaje/Masacre: Mariconada salvadoreña dentro y afuera de las fronteras

 
Foto cortesía de lxs artistas

Foto cortesía de lxs artistas

Maquillaje/Masacre reúne dos poetas salvadoreñxs que no conforman a géneros binarios. Nadie, de 33 años de edad y originario de Soyapango (El Salvador) y Christopher Soto, también conocido como Loma, es un boricua-salvadoreñx de los 27 años que nació y creció en Los Ángeles (Estados Unidos). Esta entrevista es una oportunidad rara para diálogo entre salvadoreños LGBTIA­+ dentro y afuera de las fronteras. Al mismo tiempo, brinda la ocasión para discutir la evolución de los identidades y políticas de los poetas, literatura LGBTIA+ y, además, abordar la importancia de las narrativas LGBTIA+ en el discurso (trans)nacional.

Willy Palomo (WP): ¿Cómo te identificas? ¿Cuáles han sido algunas de las experiencias más importantes que te llevaron a comprender tu identidad de género y/o tu identidad sexual?

Christopher Soto (CS): En relación al género y la sexualidad me siento cómodo con el término “queer” en general. A veces también me gusta “fagot”, “homosexual” y “gay” para describir mi sexualidad. Y en otras ocasiones  me gusta “no binario”, “agender” o “género confundido” para describirme.

Nadie (N): Me identifico mejor como «Nadie», es una identidad flexible desde donde existir que incluye aspectos integrales de mi personalidad no centrados únicamente en la sexualidad. Durante la primera mitad de mis veinte creí que era un «hombre gay» porque los productos culturales que consumía (películas y series de televisión [casi todas procedentes de Europa y Estados Unidos]) me inculcaron que esa era la identidad disidente que mejor me describía. Pero, con la adultez me di cuenta de que no encajo en esas convenciones y, a veces, para que los demás tengan la comodidad de poder ubicarme, me he descrito como «género fluido». Pero no es una pregunta que tenga que contestar tan seguido, realmente.

WP: ¿Cuál es tu relación con la salvadoreñidad?

CS: Mi familia vino a Estados Unidos sin papeles antes y después de la Guerra Civil en El Salvador. Nací en el sur de California, en una familia salvadoreña muy grande e íntima por el lado de mi mamá. He visitado el país, pero nunca he vivido allí. Toda mi vida he estado inmerso en la cultura que mi familia trajo a Estados Unidos.

N: Nací, crecí y vivo en El Salvador. Por un lado, me siento muy orgulloso de ser salvadoreño y de poder experimentar en una cultura tan rica que a veces parece un secreto que pocas personas pueden apreciar en todas sus dimensiones. Por otro lado, me siento con síndrome de Estocolmo.

WP: Loma, vos, en particular, has luchado contra la mirada cis-género, heteronormativa, gringo en tu obra. ¿Sientes que sad girl poems tuvo éxito en la negociación de esta mirada? ¿Qué harías diferente? ¿Qué funcionó bien?

CS: No estoy seguro qué significará el éxito en este instante, como pertenece a la literatura en la negociación con la mirada cis-hetero gringa. Por un lado, quiero desviarme de la pregunta y decir que ahorita gran parte de mis energías la estoy usando internamente - tratando de entender la ansiedad y de sanarme de la violencia doméstica (y también sanarme de la violencia anglo-europea y de cómo se relaciona con el género y la sexualidad, etc.)-  pero en este proceso, he sentido movimientos internos y pequeños para mí. Estoy enseñándome a mí mismx cómo respirar correctamente, cómo hacer ejercicio y cómo dejar atrás las malas energías y dejar a personas que no están interesadas en mi bienestar. Creo que ese tipo de éxito es el que tengo en mente ahorita, quizás porque destruir la mirada cishetero gringa parece imposible en este momento, sobre todo bajo la presidencia de Trump. Creo que la literatura puede traer muchas desigualdades, atrocidades y bellezas a la mente del pueblo. Creo que la literatura es una herramienta para el cambio social, en la caja de herramientas con demostraciones públicas, al votar, las revueltas y otras formas de resistencia. Solamente, no estoy seguro cómo calibrar el éxito de la literatura u otras protestas en su relación con temas tan grandes como la mirada cishetero gringa. El impacto está ahí, pero está en coro con otras formas de resistencia, y el impacto no siempre es tangible o no puede apreciarse inmediatamente

WP: Creo que uno de los barómetros del éxito en este contexto radica en que si vos estás cómodo con la recepción de tu obra y la manera en que la están leyendo las audiencias gringas. Me encanta la introducción que escribiste en sad girl poems porque, literalmente, le pide a la gente que haga más que solo devorar tu dolor; pide que donen a Black&Pink, a protestas. Parecías particularmente interesado en evitar que los liberales blancos cooptaran tu trabajo.

Foto cortesía de Christopher Soto

Foto cortesía de Christopher Soto

CS: Sí, creo que esa lectura está acertada. Todavía me siento un apasionado de la literatura que interactúa con otras formas de protesta social. Creo que en estos momentos, específicamente, solo estoy agotado de pensar y centrar los liberales gringos en mi obra.

WP: Nadie, ¿cómo luchas contra la mirada cishetero, gringa y norteamericana en tus poemas?

N: ¿Contestando esta entrevista en español?

Este tipo de discusión donde la raza es el filtro desde donde observar la realidad y donde el antagónico fácilmente reconocible es el blanco gringo es un tema lejano para mí, y no sé si sea lejano en territorio nada más o lejano porque yo me aparto del tema personalmente: no sé. Creo que deducir que estos temas son los que tienen relevancia o contra los que se luchan en El Salvador es como deducir que hay Starbucks y McDonald’s (que sí hay, pero siempre son diferentes): es siempre un discurso importado que encontrará interlocutores donde sea con tal de poder encajar en un movimiento con más reconocimiento y con toda una estructura de apoyo de la que se carece en estas regiones. Definitivamente, estos temas grandes nos afectan, pero desde aquí veo los efectos como rebotes, como transformaciones pervertidas de monstruos que se imitan o se adaptan desde países culturalmente colonizadores como Estados Unidos.

En cuanto a la cisheteronormatividad, creo que una manera de retarla es al existir descaradamente desde esta sociedad como una persona explícita y abiertamente no heterosexual, al escribir como tal sin autocensura y sin claves. Pero no lo veo como una postura consciente de escribir en contra de una sexualidad hegemónica, creo que mi posición es más positiva y en consecuencia con mi proceso personal de sanación: escribo así porque no puedo escribir de otra manera. Si eso es percibido en contra de las concepciones de vida de otros grupos, ya es un efecto no planeado desde mí.

WP: En sad girl poems, Soto declara: “este es un poema de mierda tan inútil”. Y en “El agua – El sonido – El aire” Nadie expresa: “la poesía sólo vale si se limita a describir”. ¿Cuáles son las éticas políticas que motivan tus obras? ¿Está relacionado con el queer o marica?

CS: Digo que es un poema inútil en relación a traer a mi amigo de regreso de la muerte. El poema es una elegía. Creo que escribir ese poema tuvo otros usos; pero no todo necesita tener uso. Eso siento como un límite tan definitivo a la poesía, donde muchas veces siento como si la poesía tiene magia infinita. La poesía no puede traer de regreso a un muerto. ¿O puede hacerlo? ¿Qué significa regresar de la muerte? ¡Ah, Rory!… te extraño.

WP: Unas de las razones que punto a esa línea y a ese poema en particular es por qué el título “Ars Poetica”. Según the Poetry Foundation, dicho nombre hace referencia a “un poema que explica el ‹arte de la poesía›” o a “una meditación sobre la poesía usando la forma y técnicas del poema”. En el pasado he argumentado que este poema (y otras partes de sad girl poems) te posiciona en una rama semejante a la de los escritores del Black Arts Movement y La Generación Comprometida como Dalton, que creían que los escritores deben ir más allá de los poemas y vivir su palabra: si los poemas son inútiles, debemos hacer más que simplemente escribir. Entonces, ¿por qué nombraste este poema “Ars Poetica”? ¿De que manera esperabas que este poema definiera tu estética?

CS: Lo nombré “Ars Poetica” porque es una contemplación del arte de la poesía. El narrador se siente limitado por la poesía y su inhabilidad para traer a su amigo de regreso de la muerte. Aprecio otras acciones sociales que suplementan la poesía; pero tampoco quiero disminuir el hecho que la poesía en sí misma es un trabajo que crea movimientos. Una forma de protesta no es mayor que cualquier otra. Aprecio a las personas que están protestando de todas las maneras posibles, en cualquier momento particular de sus vidas. Tampoco estaba pensando mucho en mi estética en este chapbook (no creo). Siento que todavía era un escritor muy joven, tratando de encontrar mi voz.

Creo que la ética política o el núcleo social, espiritual o artístico de mi obra siempre está cambiando; sin embargo, tiendo a estar interesado en la idea de escribir libros basados en proyectos. Creo que mi trabajo en sad girl poems fue acerca de sobrevivir a la violencia doméstica. Creo que el manuscrito en el que estoy trabajando ahora mismo se trata de entender las estructuras del estado (prisión, vigilancia, castigo) que envuelven las vidas de los sobrevivientes. Creo que mi próximo libro está muy centrado en mi experiencia de vida, en que si los poemas son queer. Sí, mi supervivencia es política para algunos.

No creo escribir o crear cualquier tipo de obra desde lo queer, aunque entiendo por qué se me podría describir así superficialmente sobre todo si la mirada de quien describe se ubica desde una perspectiva «heterosexual privilegiada».
— Nadie

N: No creo en escribir o crear cualquier tipo de obra desde lo queer, aunque entiendo por qué se me podría describir así superficialmente, sobre todo si la mirada de quien describe se ubica desde una perspectiva “heterosexual privilegiada”. Lo que sí me ha movido a crear mi trabajo es una intención reivindicativa de clase: demostrar que desde dónde vengo (lugar estigmatizado por pandillas, por la violencia y que se considera grencho) se puede ser un artista a tiempo completo sin tener que comprometer mi visión. Demostrar que los temas que se viven desde estos contextos son tan válidos como los de cualquier creador

Me considero sobre todo un observador y, por eso, los cuerpos de obra que voy armando se van definiendo posteriormente o a medio camino. Una vez metido en el proceso es cuando me doy cuenta de qué se trata lo que estoy escribiendo, qué es lo que estoy dibujando, qué pretendo con algún proyecto expositivo, etc.  

Con respecto al verso que cierra el poema el agua - el sonido - el aire, se trata de una provocación y una manera de existir dentro del contexto de la poesía nacional. Desde hace años encontré como estrategia el alejarme lo más posible de la metáfora, figura que impera en la poesía de los escritores más inmediatos a mí. Ante tanta poesía cargada de imágenes crípticas, decidí, como falso cómico también, ceñirme a la descripción simple de lo que veo con la pupila muy dilatada. Creo que tratar de describir eso ya implica un acto poético tan vital como cuando el ser humano habló inteligiblemente por primera vez; y qué mejor metáfora que llamarle «piedra» a esa cosa que otras culturas llaman de otras maneras.

WP: ¿En cuales maneras has tratado de subvertir el lenguaje y forma en tus estéticas? En particular, estoy pensando en algunas de las imágenes más abrasivas o vulgares encontradas en los poemas de ambos autores. En sad girl poems, por ejemplo, Soto se refiere a todo desde “pubic hairs / curled like broken strings / on a harp” a personajes con nombres como “Cum Dumpster”. Igualmente, “He visto en el pavimento” es una oda a la orina. ¿Por qué escogen enfocarse en estos temas en su obra? ¿Hay una motivación queer o marica? ¿Hay una motivación política?

CS: Me interesa mucho la estética literaria punk. Me gusta lo grotesco, lo raro, lo hipersexual y lo perverso; el oximorónico, el sacrilegio. Crecí con el punk y, pues, se siente como la voz de mi comunidad y de mi verdadero ser. Pienso que mi obra es política, pero que la palabra “política” se siente demasiado amplia para mí, frecuentemente. Escribí este ensayo llamado “¿Qué Constituye la Poesía Política?” y todavía no sé cómo me relaciono con esa palabra. Lo estoy averiguando.

Para mí es imposible escribir sobre la vida sin escribir sobre mierda, sangre y lodo; omitir estas imágenes sería pretender que la vida es algo que no es, sería hipócrita.
— Nadie

N:Hace años me identificaba totalmente con la primera parte de la respuesta de Loma, supongo que algún rastro de esos intereses queda en mí. Pero ahora veo que esta característica se da porque se me hace imposible dejar lo convencionalmente desagradable fuera de la imagen que trato de plasmar. Como mencionaba antes, mi manera de escribir poesía es siempre con las pupilas dilatadas, en un estado donde los detalles que otras miradas obvian cobran relevancia. Para mí es imposible escribir sobre la vida sin escribir sobre mierda, sangre y lodo; omitir estas imágenes sería pretender que la vida es algo que no es, sería hipócrita. Por ejemplo, Willy describe mi poema como una oda a los orines y yo no lo veo como tal: para mí es una descripción simple desde mi subjetividad. No trato de ensalzar, trato de contar simplemente cómo se ve desde mi perspectiva. Y sí, encuentro en esta actitud una declaración de principios, sobre todo dentro de una comunidad de escritores donde la mayoría escribe maquillando la complejidad que la realidad presenta.

WP: Nadie, ¿Cuál es el estado de la literatura marica en El Salvador? ¿Quiénes son lxs artistxs más prominentes? ¿De qué manera navegan la herencia marica de El Salvador estxs artistxs, vos incluido?

N: El año recién pasado, en un conversatorio sobre mujeres artistas visuales, una de las ponentes declaraba que no hay arte queer en El Salvador, lo cual me dejó pensando por qué esta artista declaraba tal cosa. Supuse que porque el arte que se ha producido desde la disidencia sexual en El Salvador no encaja (y no va a encajar) con la imagen que se tiene de #ArteQueer al buscar en Google Images o Tumblr (al menos antes de que eliminaran todo contenido pornográfico). Lo más irónico del caso es que el conversatorio lo moderaba Alejandro Córdova, un escritor abiertamente homosexual que escribe explícitamente sobre ser gay, homoerotismo, discriminación, reivindicación, etc. También, me llevó a pensar que los escritores homo o bi o pansexuales en El Salvador están más preocupados porque su producción sea reconocida por ser «literatura de calidad», que cumpla los estándares de calidad que la comunidad de escritores maneja o considera válidos aquí, más allá del contenido. Me da la impresión de que quienes escriben aquí están más interesados en ser escritores que en ser escritores queer, porque lo queer es algo intrínseco de sus personalidades y se manifiesta en lo que escriben.

Por mencionar algunos nombres de escritores (no sólo poetas) que crean desde y sobre disidencias sexuales están: Ricardo Lindo, Teresa Andrade, Mauricio Orellana Suárez, Kenny Bolaños, Sylvia Ethel Mathus, Élmer Menjívar, Alejandro Córdova, Ligia María Orellana, Virginia Lemus, René Chacón, Alberto López Serrano, entre otros nombres que se me escapan de momento. Y se me hace un poco injusto juntarles a todos sólo por sus identidades sexuales. Quien conoce la obra de estas personas sabe que entre cada uno la diversidad de temáticas y estilos es tan grande que sería difícil antologarles con coherencia.

WP: ¿Puedes describir la importancia de artículos como el de El Faro sobre Juliana Martínez? ¿Cuáles son tus pensamientos y respuestas iniciales? ¿Hay algunos límites notables con proyectos como el de El Faro?

Foto cortesía de Nadie

Foto cortesía de Nadie

N: El artículo original al que refiere este de El Faro se me hace valiosísimo desde que se puede apreciar un universo muy particular de la época en la que fue escrito. Me llena de emoción leer que Juliana responde que es «común de dos» al ser interrogada sobre su género. Se me hace un hecho tan bello, desde lo más perverso del romanticismo, teniendo en cuenta de que esta declaración se da desde una prisión y ella está siendo expuesta como un fenómeno. Da a notar que la diversidad sexual siempre ha sido parte de nuestra realidad y es ante el juego perverso de los gobiernos y sus leyes que estos individuos son vistos al margen. No quiero decir que la sociedad salvadoreña es o ha sido tolerante totalmente con quienes difieren de la hegemonía hétero; pero sí es cierto que la imagen no es tan negra, hay excepciones que vale la pena exponer para tener una imagen más compleja de cómo se ha tratado históricamente a la diversidad sexual.

WP: Comparto tu misma alegría al leer el artículo sobre Juliana Martínez. Algo que me confunde un poquito es que el autor que introduce el texto a veces parece como si no tiene el vocabulario para hablar de temas de género. Por ejemplo, dice homofobia cuando también quiere decir transfobia o fobia contra la comunidad LGBTIA+ en general. Es algo menor, por cierto.

WP: Loma, en 2018, publicaste “Nepantla: An Anthology Dedicated to Queer Poets of Color”. ¿Que han enseñado tus poemas sobre las experiencias queer? ¿Cómo han cambiado tu propia experiencia?

CS: Que hay muchas maneras diferentes para relacionar lo queer con la poesía. Publicar esa antología me ayudó a llegar a mí mismo, a entender mejor mi género, sexualidad, raza, experiencias vividas, poesía.

WP: ¿Hay algún poeta o poema en particular que sobresale para ti, que transformó tu entendimiento de vos mismo? Sé que leer tu poesía (y también la poesía de Danez Smith y de otros poetas queer y de color) me ha ayudado a dejar de lastimarme psicológicamente, en especial con relación a la raza, la sexualidad y la poesía. Como un poeta joven internalicé las voces de muchos mentores gringos quienes, finalmente, se sintieron incómodos con mi voz y experiencia. Parte de la razón por la que aprecio tu trabajo es porque me ayudó a salirme de las violentas reglas con las que me agobiaba, tanto en las páginas como fuera de ellas.

CS: Te agradezco mucho por estas palabras tan amables. Me alegra el corazón saber que los poemas te han ayudado. El poema “I Dream of Horses Eating Cops” de Joshua Jennifer Espinoza es uno de mis favoritos de todos los tiempos.  Pensar que tuve la oportunidad de publicarlo primero en Internet y luego otra vez en la antología de Nepantla es muy especial para mí. Nací en Inland Empire, donde se desarrolla este poema y siento todo este poema dentro de mi cuerpo.       

WP: ¿Cómo te ves encajando dentro de las tradiciones literarias salvadoreñas?

Odio la palabra revolución. Odio su realidad sangrienta. Cabezas cortadas. Cuerpos colgados. Tengo miedo de algún día conocerlo. No creo que soy tan valiente como Dalton o Lorca que conocían tales desmadres políticos.
— Christopher Soto

CS: Estaba leyendo sobre Roque Dalton y, como él dijo, nunca podré perdonar a las personas que mataron a Lorca. No tengo idea de lo que significará perdonar a las que mataron a Dalton, izquierdistas y revolucionarios por los que él lucho y lo mataron. Se quiebra cada parte de mi ser al saber que él fue asesinado por su propia gente. Durante la guerra civil, las guerrillas secuestraron a mi abuela, una señora de la clase obrera que había sacado adelante a siete cipotes por sí sola, todo para pagar por sus pistolas. Mi familia fue izquierdista, campesina, trabajadora y revolucionaria. Creo que encajo en la tradición de sentir el duelo de la revolución, herido por el enemigo y hasta herido por “mi propia gente”. Odio la palabra revolución. Odio su realidad sangrienta. Cabezas cortadas. Cuerpos colgados. Tengo miedo de conocerlo algún día. No creo ser tan valiente como Dalton o Lorca que conocían tales desmadres políticos. Quiero que sistemas vastos cambien. Quiero saldos dignos, salud universal, reparaciones para pueblos negros e indígenas. No quiero que nadie más en mi familia vea asesinatos, caminando por el desierto… ¿Cómo llegué aquí?... Estoy pensando en Claribel Alegría y su relación con Dalton. Estoy pensando en la historia latinoamericana de surrealismo político en las obras de los dos, junto a su interés por el amor y las relaciones íntimas también, eso es lo que resuena más conmigo.

WP: Me relaciono profundamente con los sentimientos que estás expresando, especialmente porque mi tía fue secuestrada durante la guerra por las guerrillas y los militares. Una intervención chiquita que quiero hacer, sin embargo, es notar el hecho que la Comisión de la ONU en El Salvador encontró que los militares salvadoreños fueron responsables del 85% de los muertos civiles durante la guerra, mientras que la guerrilla solo fue responsable del 5%. Las narrativas revisionistas a veces afirman que ambos lados fueron igualmente responsables de las atrocidades durante la guerra.

Por lo que te oigo decir, sin embargo, entiendo que tu relación con la obra de Dalton, y quizás por extensión con toda la Generación Comprometida, es muy tirante; porque tanto como admiramos sus obras, su artesanía, su compromiso, sus ideales, cuestionamos si la guerra valía la pena…

CS: Gracias por esa intervención. Sí, el gobierno militar fue responsable de la gran mayoría de los asesinatos. La revolución fue necesaria y mi familia y otros que se lanzaron a las calles para luchar por la gente obrera fueron increíblemente valientes. Por ello, todavía pienso que es importante nombrar los hechos violentos que unos y otros nos hemos hecho en el camino; es importante nombrar el dolor que nosotros (mi familia y hasta yo) todavía cargamos en nuestro camino hacia la libertad. ¡Definitivamente NO quiero decir que la obra de Dalton es tirante! Más bien, estoy de luto por su muerte, triste porque fue asesinado por su propia gente. Eso no disminuye el poder de sus obras o de la obra de cualquier otra persona en ese movimiento. Es decir, la revolución no fue fácil y a veces nosotros herimos a nuestra propia gente en el camino.

N: Difícil de responder, teniendo en cuenta que mi obra está mayormente inédita y en proceso. Para mí es más fácil identificarme con las generaciones de artistas que murieron antes de que yo naciera. Las figuras de Salarrué (1899-1975) y Francisco Gavidia (1863-1955) me fascinan por la visión amplia y desbordada que demuestran sobre el trabajo de creación artística; también porque ya no tengo que lidiar con sus cuerpos y sus opiniones en vivo, sólo me queda interactuar con su obra ya completada. Me cuesta relacionarme con generaciones más cercanas, aún vivas en parte, como la Comprometida o la del Cinismo, por el simple hecho de que esta cercanía los desviste de mito y los hace ver con más dimensiones, como humanos: representan otros contemporáneos más a los cuales interpelar de diversas maneras, lo cual tiene un valor particular que aprecio.

Me identifico en lejanía con la figura de la loca que escribe cínica al margen de las tendencias y las convenciones: la loca polarizante, como el chileno Pedro Lemebel (1952-2015), el español Leopoldo María Panero (1948-2014), el argentino Néstor Perlongher (1949-1992), por mencionar unos cuantos; escritores que, además de dimensionar cómo se ve desde la experiencia de la disidencia (sexual y otras), experimentaron y moldearon a su necesidades las formas tan diversas que se le puede dar a la poesía.

entrevista por Willy Palomo

Las respuestas de christopher soto han sido traducido al español por willy Palomo